Al mirar a nuestros parientes más cercanos en cuestión de especie, los chimpances, los gorilas y los orangutanes, vemos que el cabello cubre todo su cuerpo. No obstante los humanos tenemos vello en todo el cuerpo, pero el cabello largo solo crece en la cabeza.
Del vello sabemos algunas cosas claras: en las zonas donde es más abundante, grueso y largo (axilas y pubis) ayuda a la higiene, pues sirve como barrera para atrapar algunos contaminantes. En el resto del cuerpo, aunque varía de persona a persona, parece ser vestigial y aunque ciertas reacciones lo erizan, no tiene función defensiva ni comunicativa pues con el uso de ropa y su ausencia o tamaño pequeño en la mayoría de los humanos, lo hace poco visible.
Hipótesis de la practicidad
Sabemos que el pelo es buen aislante, por lo cual su evolución es probablemente una forma en que muchos mamíferos autorregulan su temperatura. En los humanos mucho calor escapa por la cabeza, la cual contiene el órgano más importante para el funcionamiento del cuerpo: el cerebro, por lo cual el cabello de la cabeza sirve para que no escape tant calor.
Por lo tanto una hipótesis de Wong y Simmons sugiere que todo el cuerpo se ha beneficiado y que en climas fríos es más común que los humanos tengan más vello en todo el cuerpo. Sin embargo la utilización de ropa y pieles animales ha hecho que no sea indispensable en la especie y se haya ido perdiendo.
Hipótesis del cabello del simio marino
Es una hipótesis controversial de Hardy y Morgan que sugiere que algún ancestro común del homo sapiens sapiens era un mamífero que nadaba y se sumergía mucho, además de pasar mucho tiempo cerca de cuerpos de agua.
Más allá de las críticas y méritos de esta hipótesis, es una realidad que la obtención de yodo y ácidos grasos se volvió esencial para la evolución del cerebro de los humanos, en algún punto de los últimos 5 millones de años. Estos elementos abundan en las fuentes de alimentación acuáticas.
¿Qué tiene que ver todo esto con el cabello? Pues que vemos cómo otros mamíferos acuáticos (ballenas, focas, hipopótamos, etc.) son lampiños, lo cuál podría ser una coincidencia de la evolución de mamíferos en ambientes marinos. Así se explicaría que un mamífero ancestro de la humanidad perdiera el pelo en el cuerpo, pues al parecer no tiene utilidad en los mamíferos que viven en el agua.
Hipótesis social
La más sencilla de todas: era un aspecto deseable entre grupos de humanos y ancestros al momento de elegir pareja y después se volvió un aspecto no deseable. Hemos visto esto suceder con muchas características: algunas personas y grupos tienen distintas preferencias al elegir con quien reproducirse: color de piel, cabello, ojos, estatura, complexión, etc.
Es posible que el cuerpo cubierto por pelo fuera algo que dejó de ser atractivo para la humanidad (lo cual actualmente podemos ver) por lo cual han sobrevivido más los genes de personas que tienden a ser lampiñas, por encima de aquellos que dictan cuerpos cubiertos por vello grueso y largo.
La realidad es que no sabemos a ciencia cierta por qué tenemos cabello abundante en la cabeza y nada más, pero lo más probable es que su desaparición del cuerpo tenga una razón multifactorial.