La humanidad en toda su historia (y probablemente desde la prehistoria) le ha asignado valores distintos al cabello en relación con: género, religión, estatus sociopolítico y económico, sexo, estética, misticismo y más.
Es común acostumbrarse a lo que vemos todos los días y en el contexto cultural del que formamos parte, pero existen problemas cuando se generan prejuicios que derivan en discriminación. Por lo tanto es interesante entender y conocer las formas por las que tanto en el pasado como en el presente, se ha entendido y aprovechado el cabello.
Ya que nuestro cuerpo está ligado estrechamente a nuestra identidad, es entendible que lo modifiquemos con diversas intenciones y, asimismo, que grupos y comunidades asignen peso simbólico a dichas modificaciones. El cabello al ser algo que puede modificarse con cierta facilidad, de manera no permanente y sin causar dolor la mayoría de las veces, ha sido objeto de múltiples cambios de percepción y utilidad.
Tradición de longitud
La practicidad del cabello corto ha sido olvidada muchas veces, en favor de la estética, moda, y estatus. Por ejemplo, la tradición judeocristiana le ha dado a occidente (principalmente Europa, América y Asia central) el peso más común: colores naturales y cabello corto para hombre, así como largo para mujer. Pero la misma influencia ha sido distinta con el paso del tiempo y el cambio de geografía.
En algunas culturas tanto hombres como mujeres cubren su cabello, mientras que en otras lo exhiben. Además, el cabello largo en hombres ha sido común en muchas partes del mundo hasta hoy en día. América antes de la conquista y en comunidades que han recibido menos influencia por parte de Europa, tiene pobladores con cabello largo por igual sin importar el sexo.
Mientras tanto, en el sureste de Asia ha habido grupos en los cuales los hombres usan el cabello largo y las mujeres lo llevan corto.
Tradición de color
Además de longitud, desde mediados del siglo pasado se ha incrementado la popularidad y lo común del tinte para cabello, con un énfasis en colores no naturales desde finales del siglo XX. Aunque Algunos grupos lo hacían desde los 70, hoy en día es más un gusto personal que por un sentido de pertenencia a un grupo con prácticas estrictas.
Sin embargo más allá del color, la pertenencia y el cabello han ido de la mano por mucho tiempo. Por ejemplo, la ornamentación de la cabeza ha sido importante para diversas religiones, así como para denotar estatus social (sea por edad, puesto político, lugar en la familia, logros en combate o una mezcla de algunos o todos ellos).
Por tanto es interesante comparar épocas, lugares y culturas y cómo cada grupo ha percibido la importancia y el cuidado del cabello.