La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y entre sus funciones tiene la protección de los órganos internos ante los contaminantes del exterior, así como la regulación de la temperatura corporal. Asimismo es en la piel en donde se encuentran los folículos pilosos de donde nace y crece todo tipo de pelo, incluido el cabello. Por tanto es indispensable cuidar la piel de forma apropiada.
Higiene y piel
Primero que nada es importante mantener la piel limpia para reducir el riesgo de infecciones y otros problemas cutáneos. Lo ideal es usar jabón neutro y agua tibia para lavar el cuerpo. El agua muy fría expone a una baja de defensas y expone a la gente a un resfriado, u otras complicaciones. Por otra parte el agua muy caliente lastima la piel y la puede inflamar o incluso quemar en situaciones extremas.
Asimismo el uso de exfoliantes depende del tipo de piel y recomendaciones médicas para cada persona, pues hasta el día de hoy la evidencia es contradictoria respecto a sus beneficios.
Hidratación, vitaminas y minerales
La piel no es un órgano prioritario en la asignación de recursos del cuerpo. Es decir, el cuerpo primero le da los nutrientes necesarios al cerebro, al corazón y a los pulmones, antes que a otros órganos como la piel. Por ello es que es uno de los que enseguida muestra evidencia de deshidratación incluso si es mínima: piel aspera y frágil.
Por ello es indispensable beber agua todos los días (alrededor de dos litros) y comer una dieta balanceada que incluya vitaminas y minerales, así como proteínas, grasas y azúcares en proporciones adecuadas. El uso de suplementos alimenticios es recomendable siempre y cuando haya un problema y una evaluación médica previa para tener recomendaciones ideales.
El uso de cremas corporales y faciales es una buena ayuda para la hidratación, pero no sustituyen lo indispensable del agua. Aemás, cabe resaltar que personas con condiciones particulares como la diabetes, necesitan cuidados adicionales específicos para la piel.
Protección y exposición solar
La luz del sol es necesaria y a la vez riesgosa. Así como su calor y luz son necesarios para la vida, el sol también emite radiación en frecuencias que dañan la piel y la exponen a irritación, quemaduras, cáncer y más. Al mismo tiempo es necesario pasar aproximadamente de 3 a 5 horas a la semana en la luz del sol para producir vitamina D, la cual es esencial para el cuerpo humano.
Para la protección de la piel recomendamos el uso de protector solar de 50 puntos en cara, brazos, piernas, espalda y pecho. La ropa no protege mucho de la radiación ultravioleta, por lo cual no importa si se cubre todo el cuerpo con ropa, es mejor usar protector solar siempre.