Tanto la prevención de la caída del cabello, como los tratamientos para contrarrestarla, requieren de higiene básica para un mejor resultado. Claro, la higiene no contrarresta los efectos de la calvicie genética, pero ayuda a los tratamientos que sí lo hacen. Además de ello, los contaminantes que día con día se acumulan en el cuero cabelludo sí lo afectan, lo cual puede debilitarlo y fomentar la caída del cabello.
Cabe destacar que los consejos aquí presentes son generales, pero es hay personas con situaciones de cabello particulares que quizás necesiten variar la frecuencia de la limpieza o los productos que se usan para ella. Si bien esta guía es útil en lo general, si algún(a) experto(a) que te atienda te da indicaciones específicas y personalizadas, hazle caso a sus consejos.
Agua
Lo primero es la temperatura del agua. Cada persona prefiere bañarse con agua en distinta temperatura, pero la recomendación ideal para el cuidado del cabello, y en general de la piel, es usar agua tibia. Demasiado fría no es problema, pero puede ocasionar un cambio drástico de temperatura que cause una breve debilidad en el sistema inmunológico y traiga como resultado un resfriado. Lo mismo si es muy caliente, pero además el calor excesivo también lastima a la piel de todo el cuerpo, incluido el cuero cabelludo, sin olvidar que puede dañar el cabello mismo.
Frecuencia
Lo mejor es lavar el cabello todos los días o un día sí y un día no. Esto depende de muchos factores, como por ejemplo cuán grasoso sea el cuero cabelludo, lo cual varía de persona a persona; también importa qué tanto tiempo se pase al aire libre, ya que el polvo y otros contaminantes se asientan en la cabeza. Otro elemento importante es la actividad física y el sudor.
Por tanto la regla más sencilla de seguir es lavar el cabello cada día y de preferencia secarlo con una toalla o si se usa alguna secadora, que la temperatura no sea muy elevada para no maltratarlo. Muchas personas con cabellera abundante usan más calor para acelerar el proceso. Aunque esto ayuda en momentos de prisa, no es recomendable hacerlo todos los días.
Productos
Además de agua se recomienda el uso de un shampoo o jabón. Es conveniente leer los ingredientes del producto que se utilice por una sencilla razón: el consejo más común y razonable es probar distintos shampoos hasta que se halle uno que sea adecuado (que limpie bien, no genere ninguna incomodidad y se ajuste al presupuesto personal). Al identificarlo es bueno seguir con ese producto mientras no haya problema alguno. Es importante eliminar el mito popular que dice que cambiar de productos con frecuencia es mejor, pues es mentira.
Asimismo el uso de acondicionador se recomienda a hombre y mujeres por igual, sin importar si tienen el cabello largo o corto. Al igual que con el shampoo, lo mejor es probar distintos hasta hallar uno que deje el cabello en mejor condición que cuando no se utiliza el producto. Los acondicionadores ayudan a mantener el cabello limpio más tiempo, a que se enrede menos para evitar maltratarlo cuando se cepilla, y a otras cuestiones estéticas como el brillo. Algunos también incluyen elementos para el cuidado de la piel misma, aunque también hay ciertos shampoos que contienen todo lo necesario para el cuidado del cabello.
Cabe destacar que los acondicionadores no son absorbidos por el cuero cabelludo ni los pelos mismos, es decir, no los fortalecen aunque algunos así lo prometan. Son principalmente de uso estético y ayuda a desenredar. Además, ya que reducen el volumen aparente del cabello (le quitan lo «esponjado») no recomendamos usarlos a quienes padecen calvicie, pues la acentuará y hará más notoria.